Triatló de muntanya de Balaguer, la crònica

DICEN QUE LA PRIMERA VEZ ES ESPECIAL...

No tiene porqué ser la mejor, pero es aquella que no quieres fallar aun sabiendo que no te enamorarás.

Tras una semana repitiendo segundos y rebañando el postre a ver si recuperaba un kilo (hay que joderse), llegaba la hora de la verdad, mi primera triatlón. Arrancamos Ricard Monllau y yo de la piscina a las 6 de la mañana tras despedirnos de Pedro y compañía quienes entrenaban la Pedals de Foc. Llegamos a Balaguer para recoger dorsales y dejar el material de running. A continuación 10 km. más de coche hasta el pantano para nadar 750 metros, sólo una vuelta con respecto al circuito de la half del día anterior. Tanto Ricard como yo nos ponemos el traje largo y sin apenas calentar nos colocamos en la línea de salida.

Las primeras sensaciones son infernales, acostumbrado al traje corto, el largo me oprime y respiro a cada brazada. No cojo ritmo y recibo mis primeras patadas. Aguanto y llego a la primera boya donde empiezo a tranquilizar un poco y mejorar. Ya no pienso en abandonar y mandar a tomar por el culo a todo el STP en bloque por haberme inducido a este lío. Ultimo largo sobre algas y ya estoy en la plataforma donde Ricard ya tiene el traje quitado, que monstruo. Al salir me grita, "sal con el cascooooo puesto", es el último consejo de los muchos que me ha dado en el coche.

Hago una buena transición aprendida de mis dos dos duatlones anteriores. Calzo los pedales automáticos por segunda vez en mi vida, ese abominable invento que no sirve para nada y que me llevó a darme más hostias que un bolo.. Empiezo a tirar y adelantar a gente, lo que me lleva a pensar que no voy a hacer el ridículo. Llevo unos 10km y me encuentro al pobre Ricard con la bici al revés, reparando un pinchazo de la rueda trasera. Sigo tirando hasta llegar a una zona de subidas y bajadas. En las bajadas los pedales ya no me pueden arruinar el día, total llevo las ruedas a mil bares, sin mis protecciones y el sillín a la altura de la garganta, insultante para un bajador. Pero sorpresa, en una subida me quedo trabado, el pedal no salta y caigo de espaldas a los arbustos, menudo golpe. A 10 km de la llegada cambio cuando no toca, la cadena se engancha, salta y se desajusta el cambio quedándome sin los dos piñones superiores. A continuación me pierdo y me toca dar media vuelta, pero las horas de sufrimiento en las medias de montaña me permiten conocer esa sensación y superarla rápido.

Segunda transición, a correr. Me encuentro bien pero pago la novatada de querer asegurar. Arranco a 4'30'' pero me arrugo y subo a 5' y más hasta la meta. Al pasar el puente, las fragancias son inconfundibles de la gandadería de la tierra y me persiguen hasta las 250 escaleras, donde las sustituyo por escombros a ambos lados. Paso la muralla y encaro una bajada de escaleras con más escombros. Salvamos otra colina urbana y bajamos hasta el río donde sólo queda seguirlo hasta la meta. Cuando entro en meta me siento bien, las sensaciones son inefables. Os diría el tiempo pero creo que he manejado el Garmin incorrectamente ;-))

Quiero agradecer a Ricard por el apoyo y los consejos que me ha dado. Yo no sabía que había un traje de triatleta hasta hace dos semanas. A toda la tropa del STB por tirar como cabrones en cada entrenamiento y ser tan buena gente, A finalmente a mi adorable esposa, que es un Solete, y las niñas a las que no supero en edad mental pero sí en número de juguetes.

Desde aquí, un deseo de fuerte recuperación a Xavi Puig.

Saludos,Fran