divendres, 11 de febrer del 2011

Granollers - La Crónica

Domingo 6 de febrero ha sido este año la fecha de una de las citas más clásicas del año para todo corredor y triatleta. Este año tocaba el 25 aniversario y eso hacía que la concentración de atletas fuera máxima, del orden de 9000 personas tendrían que recorrer los 21km de esta media maratón.

A las 9:00 salía un grupo de la piscina de Vilassar, y los que vamos de cabeza con niños apurábamos un poco más. Al final nos dábamos cita en las inmediaciones de la salida un nutrido equipo de PIRIs y atletas del pueblo. El día apuntaba espectacular, efectos del cambio climático. Los de la STP teníamos instrucciones marciales de nuestro entrenador, calidad frente a tiempo. Debíamos estar en zona 3 hasta el km 8-9 y de ahí incrementar a la zona 4 que tanto hemos entrenado últimamente. Se tenía que entrar a meta acelerando y no pidiendo misericordia.

Dicho y hecho. Me cuelo en la parte delantera del paquete amateur y pistoletazo de salida. Los primeros metros por las avenidas de Granollers sirven para relajarse de las tensiones iniciales, espacio amplio que permite no tener que andar comiéndose a la gente. Mis pulsaciones pasan de 150 a 220 en 1 km, algo no va bien en mi corazón. La patata me va a salir por la boca pero sin embargo no noto el clásico pálpito. ¿Serán las interferencias porque todo el mundo lleva un Garmin a mi lado? Al final resulta que estaba marcando la altura sobre el nivel del mar, seré melón. Voy en zona 3 a un ritmo de 4:40, respiro tranquilo.

Pasamos Les Franqueses y la afición no puede ser mejor, nos dan ánimos hasta con música. En ese momento pierdo a Ian, bien va como un cohete y se quiere jugar la bronca del míster o bien tiene que suavizar. Levanto la vista y veo el Montseny con una capa de nieve. Me lleno de energía pensando que debería estar corriendo en el manto de hojas a los pies de las Agudes. Pero vuelvo a la realidad, hoy toca CEMENTO.

En las rectas hacia La Garriga nos cruzamos con los pros, que ya están de vuelta. Oigo una voz familiar, es Jimbo que viene acompañado de Jordi. Ambos siempre vestidos de ropa prieta, se están fumando un puro a la vez que adelantan a la gente de 10 en 10, yo uno de ellos. Entramos en la Garriga y el speaker canta el origen de la gente. Se olvida de mi, eso es que el cateto no sabe donde está Avilés, capital del mundo. Curva de 180 grados y de ahí pasamos a la parte más dura que es el polígono, siempre de una belleza incomparable. Me repito, hoy toca ASFALTO.

Recta final y subimos a 4:15, subimos a 4:10, subimos a 4:00. Engancho a Lluis, está en un árbol estirando gemelos (eso le pasa por seguir a Vicens Lloret). Engancho a Beby, su cara es un poema. Tiro, tiro, tiro, la puta meta no llega, la puta meta no llega, más inflables, la puta meta no llega, grito a Barto y XGT que cuidan niños, y zasssssss, 1h35. Oeee, oeee, no he mancillado el honor del vasco, donante del dorsal.

Bebo, saludo a Oriol Verges y vuelvo a beber. Pienso en el entrenador y le doy las gracias en mi interior. Levanto la vista y miro para el Montseny, pero veo balcones. Te jodes Fran, hoy tocó ASFALTO.

Fran Arehaga

5 comentaris:

Ricard Cesari ha dit...

Que grande!!

monica ha dit...

Ya sabes Fran,la próxima montaña.

Mònica

jordi ha dit...

Apunte:
Al pasar por tu lado Jimbo gritó a una colaboradora de la media: "vaya morena!!!" y sorpresa, justo delante va y se gira fran...no digo que sea peor, solo diferente ;) Buena crónica, la siguiente si eso atajas por el Montseny!!

Gus ha dit...

felicidades crack, también hay gacelas en asturias...!!!

Sol ha dit...

Felicidades, tiempazo!